En un momento en el que se habla más de idea que de números, Josep Maria Bartomeu se ha abrazado a la ciencia para defender su gestión. El presidente del FC Barcelona ha realizado un discurso con claros tintes electorales, asegurando en la apertura de la asamblea de compromisarios que “hoy ya tenemos un Barça mejor del que heredamos en 2010”. Para ello, ha exhibido la lista de títulos ganados desde 2010 y la evolución del negocio. Pese a las dudas que hay sobre la prudencia en la gestión del endeudamiento y la generación de beneficios para reinvertir, el dirigente ha sostenido en repetidas ocasiones que “hoy somos más fuertes económica y patrimonialmente; es un hecho que somos el club que genera más ingresos del mundo”. Una gestión que ha sido avalada por los socios, que han dado el visto bueno a la liquidación de las cuentas de 2018-2019 y el presupuesto de 2019-2020. Bartomeu también se ha referido a la situación de endeudamiento y al futuro Espai Barça, dos cuestiones muy relacionadas entre sí. La deuda neta alcanzó un nuevo récord al situarse en 217,2 millones de euros si no se incluyen los trabajos asociados al estadio. Para este proyecto se está trabajando en una operación que sacaría fuera de balance los aproximadamente 600 millones de euros que se necesitarán, algo que hoy también ha dejado entrever el presidente. El presidente ha señalado que “estamos trabajando en la estructura financiera de todo lo que queremos hacer”, pero que se han respetado las dos líneas rojas que se aprobaron en el referéndum de 2014 y que la decisión final será de la asamblea; es decir, que no se hipotecará el estadio o el resto del patrimonio del club, ni la actual capacidad de generación de ingresos ordinarios. Muestra de la importancia que tiene este proyecto es que Bartomeu ha insistido en que “es un proyecto del club, no de una junta; esta reforma es una necesidad”. “Podremos garantizar que pagaremos las obras sin comprometer la actividad ordinaria del club”, ha asegurado, para dar tranquilidad a los potenciales aspirantes a la presidencia, pues la finalización de las obras será en el próximo mandato. Este es uno de los dos retos que ha señalado el presidente como prioritarios de aquí a 2021. El otro es “claramente evolucionar de una generación ganadora a otra que seguro que también lo será” en el plano deportivo. De ahí que haya defendido el aumento de la inversión en futbolistas que se ha producido en los últimos años, pues “es necesario seguir renovando la plantilla para que el relevo sea natural”. Por último, el directivo ha pedido unidad para los próximos meses en el entorno blaugrana, con la idea de “seguir trabajando para mejorar nuestra posición de liderazgo”. En el ámbito social, convencido de que podrá “tejer complicidades hasta que acabe mi mandato, juntos somos más fuertes”, ha valorado que el Barça es “independiente de poderes políticos, económicos y mediáticos”.
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